Raymundo
Para mí es muy importante prepararme porque he podido darme cuenta que hay muchas personas que hablan lo que les conviene y del modo que les conviene el evangelio y mi deseo es predicar el evangelio de la manera más correcta posible.
Para mí es muy importante prepararme porque he podido darme cuenta que hay muchas personas que hablan lo que les conviene y del modo que les conviene el evangelio y mi deseo es predicar el evangelio de la manera más correcta posible.
Provengo de una familia donde mi abuela paterna era cristiana, fue ella la persona que Dios usó para traer a mi mamá y a mis hermanos a la iglesia y después a Cristo.
Comencé de muy joven, asistiendo a los cultos los domingos, acompañado de mi madre, era algo muy hermoso ir creciendo juntos en el camino del Señor.
Mi conversión fue hace 3 años, después de casarme, venir a vivir a una cuidad lejos de mi familia, me case con una persona que no era la voluntad de Dios.
A la edad de los cinco años me invitaron a una escuelita bíblica de vacaciones en una iglesia pentecostés que estaba cerca de mi casa, entonces mi hermana y yo acudimos, en un día de la semana hicieron el llamado para aceptar a Jesús en nuestros corazones.
Recuerdo que el día de mi conversión fue cuando leí un pequeño folleto que me regalaron mis ahora hermanos en Cristo de la Iglesia en donde me congrego actualmente. Era de noche y tenía que subirme a un camión para llegar a mi casa. En el camino cuando iba leyendo el contenido de este despertó en mí una urgencia por saber más de Cristo y de la iglesia, recuerdo muy bien que en el folleto decía que si solo me quedaban 5 minutos de vida a donde creía yo que iría.
Inicio por lo elemental, conocí a mi Amado Señor hace 10 años y algunos meses, fui invitada por una conocida a una iglesia cristiana en la ciudad, donde escuché por primera vez una predicación Cristo céntrica. Esa ocasión tuve un encuentro con la Palabra de Dios
Nací en un hogar cristiano, para ese tiempo mis padres tenían 4 años ya de pastores en el templo Sinaí de las Asambleas de Dios. Conocí del Evangelio y la Palabra de Dios desde muy pequeña en la iglesia durante las clases de la escuela Dominical. Acepté a Cristo como mi Salvador a los 12 años de edad, después de leer un pasaje bíblico en mi recamara.
Me gustaría agradecer a los donadores que hacen posible nuestro estudio y permanencia en este seminario, son gran instrumento en las manos de Dios, y espero que puedan ver el fruto de su gran contribución.
Nací en una familia católica y durante muchos años consideré que bastaba creer en un Dios y más o menos practicar ciertas normas morales, durante estos años viví con un vacío emocional y espiritual que intentaba llenar con vicios y malas amistades, sin embargo hoy se que estaba equivocado.